Una antojadiza antología de la poesía hispanoamericana de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Para difundir a los creadores, respetando el derecho de autor.
Hilda Concepción Henríquez de Flores
Poeta salvadoreña nacida en El Salvador en julio de1942. Se graduó como profesora en la Escuela Normal de Maestras "España", en el año 1960. Trabajó como docente en Educación Básica, durante treinta años. Su primer libro fue "La ventana encantada". Su poesía despierta sensibilidad, haciendo retornar a un mundo real del pasado, lleno de encanto. Tiene una veintena de poemarios y colabora en páginas de cultura de diversos medios gráficos.
"Mi vida se volvió nueva y ahora
una inefable luz en mi reposa,
mi pulso de armonía se colora
un renacer alado en mí rebosa"
PÁJAROS DE FUEGO
Mientras la sed de tus ojos
se hundía en mi ternura,
muchos ojos ajenos nos miraban,
querían vivir
el misterio que unía nuestras vidas.
Ser la promesa bajo el dintel del tiempo,
la entrega total en cada aurora,
el ardor de la piel
tornándonos de fuego.
Ahora,
los mismos ojos se preguntan
por qué la soledad del parque
y los pájaros tristes
buscando nuestra risa.
Por qué mi piel desnuda
y la nostalgia deshojándome las horas.
Se derriba mi voz sin alcanzarte.
Vencidos por la ausencia
ya no se ven nuestros rostros
en los cristales del día.-
ELOGIO A MI VIDA
Yo tengo en el alma
una fuente de alegría.
En cada amanecer
la aurora me renueva.
La luz de mi mirada
es un fulgor supremo.
La plenitud de los mares me posee,
acrecienta mi alma y me serena.
De la eternidad tengo lo eterno,
por lo infinito también soy infinita.
Una pasión anima mis entrañas
como la euforia de la fértil tierra.
También me anima
la mansa realidad del agua pura.
Yo guardo dentro de mí
el ritmo perfecto que anima la materia.
Y en la cima de todo lo que soy,
el sublime prodigio de la razón.
Yo soy humana.-
EL VENDAVAL
Conmueve mi memoria
un vendaval que me persigue.
Desde mi corazón un rostro blanco
me ama,
y yo lo amo.
En su espesura
también crece un rostro gris,
Mirándome con fuego.
Cuando despierto soy sólo cenizas.-
LOS NIÑOS DE IRAQ
La palabra de una flor sombría
me seduce.
Traspasa mi lengua
un verso alegre y triste.
Alegre como la vida,
Alegre como la paz.
Triste como el canto mutilado del
cenzontle.
Triste como la esencia lívida
de los niños en Iraq.-
EL AMOR A LOS DELFINES
Amo a los delfines
porque son más
inteligentes que las armas.-
Hilda Concepción Henríquez de Flores
Imágenes: Pinturas de la artista Justiria Kopania (Varsovia Polonia, 1955)
Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
Hilda Concepción Henríquez de Flores
Poeta salvadoreña nacida en El Salvador en julio de1942. Se graduó como profesora en la Escuela Normal de Maestras "España", en el año 1960. Trabajó como docente en Educación Básica, durante treinta años. Su primer libro fue "La ventana encantada". Su poesía despierta sensibilidad, haciendo retornar a un mundo real del pasado, lleno de encanto. Tiene una veintena de poemarios y colabora en páginas de cultura de diversos medios gráficos.
"Mi vida se volvió nueva y ahora
una inefable luz en mi reposa,
mi pulso de armonía se colora
un renacer alado en mí rebosa"
PÁJAROS DE FUEGO
Mientras la sed de tus ojos
se hundía en mi ternura,
muchos ojos ajenos nos miraban,
querían vivir
el misterio que unía nuestras vidas.
Ser la promesa bajo el dintel del tiempo,
la entrega total en cada aurora,
el ardor de la piel
tornándonos de fuego.
Ahora,
los mismos ojos se preguntan
por qué la soledad del parque
y los pájaros tristes
buscando nuestra risa.
Por qué mi piel desnuda
y la nostalgia deshojándome las horas.
Se derriba mi voz sin alcanzarte.
Vencidos por la ausencia
ya no se ven nuestros rostros
en los cristales del día.-
ELOGIO A MI VIDA
Yo tengo en el alma
una fuente de alegría.
En cada amanecer
la aurora me renueva.
La luz de mi mirada
es un fulgor supremo.
La plenitud de los mares me posee,
acrecienta mi alma y me serena.
De la eternidad tengo lo eterno,
por lo infinito también soy infinita.
Una pasión anima mis entrañas
como la euforia de la fértil tierra.
También me anima
la mansa realidad del agua pura.
Yo guardo dentro de mí
el ritmo perfecto que anima la materia.
Y en la cima de todo lo que soy,
el sublime prodigio de la razón.
Yo soy humana.-
EL VENDAVAL
Conmueve mi memoria
un vendaval que me persigue.
Desde mi corazón un rostro blanco
me ama,
y yo lo amo.
En su espesura
también crece un rostro gris,
Mirándome con fuego.
Cuando despierto soy sólo cenizas.-
LOS NIÑOS DE IRAQ
La palabra de una flor sombría
me seduce.
Traspasa mi lengua
un verso alegre y triste.
Alegre como la vida,
Alegre como la paz.
Triste como el canto mutilado del
cenzontle.
Triste como la esencia lívida
de los niños en Iraq.-
EL AMOR A LOS DELFINES
Amo a los delfines
porque son más
inteligentes que las armas.-
Hilda Concepción Henríquez de Flores
Imágenes: Pinturas de la artista Justiria Kopania (Varsovia Polonia, 1955)
Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com