Undécimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 10.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 2.916
Alfonso Chávez Jara
Poeta de Ecuador, nacido en Villa La Unión, en 1956 y fallecido en Riobamba, en 1991. A finales de los setenta integró el Taller "Joaquín Gallegos Lara". Trabajó como gestor cultural para democratizar los procesos culturales y fortalecer la poesía de su país.. Publicó, entre otros, "El cucho de la tierra", "Canto de vuelo firme" (1979), "Inquilina noche" (1983), "La medianoche sacude la memoria" (1990), "Instantes" (Libro póstumo, 1999). La Editorial K-Oz publicó en el 2002 la antología "Tanta vida y jamás", como un homenaje a su obra hasta ese momento prácticamente desconocida en su país.
"Las calles nos acarician
con sobrias culebras de aluminio
-en el momento más dulce
nos abrirán los pechos"
AMANTES
Trizar nuestros espejos
romper las copas con los labios
de mármol que aparecen
cada ocasión amarga
Agarrarnos por dentro
creándonos edades para la ficción
que desafía desde la realidad
Envenenar los ojos
ensangrentar el aire
ensayar con palabras de ácido
una pena de culpa hasta gotear espeso
un río por el rostro
Fumamos la pipa de la guerra
asistir al azote impune
de nuestros corazones
Danzar salina, quedamente
alrededor de los cadáveres
Ser pilotos de una nave
sin brújula y destino
Alardear la tristeza
aferrados a un retazo de vida
que pretenden dejarnos
estallar el aire
con voltajes que nos sacuden
desde nuestras penas
Tachar un nombre querido
de nuestras libretas porque sí
porque ha muerto.-
INQUILINA NOCHE
Contracurva o Teoría para saber
la mutabilidad de los instantes
a la Sinfónica de Viena
con una melodía
calibre 22
se escurrió por aquel bosque de hambres
de la avenida
se alejó lo imposible sin remendar
con su sola insolencia
las siempre averiadas computadoras del solsticio
era de ver su paso
como envolver
en pape celofán todos los rayos láser
en un cuarto
de pliego
era
como que poseía
en los pezones
los interruptores
para apagar
el día
era como una tromba
versátil su sonrisa
compuesta de jardines infernales
para el arrebato de los instintos
sus ojos
sin mirada
objeto de titánicas
hazañas de levantamientos armados y asonadas
reverberaron los segundos
de cualquier pendular pudor
Late la muerte en los rincones
más insólitos
los ríos tosen semanas agrias
acosa el aserrín en los corredores
-sus partículas son el único objeto
para el estudio de la Ética-
era una pelirroja
admonitiva que no quiso
ni decir su nombre. -
Alfonso Chávez Jara
Imágenes: Pinturas de Nacar Turham.
Blog auspiciado por Canadá Cultural Center of Montreal.