Duodécimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 10.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 3.007-
Pablo Estrada
Poeta y narrador de Colombia, nacido en Bogotá. Profesional en Estudios Literarios, egresado de la Universidad Nacional de Colombia. Textos suyos han aparecido en revistas y periódicos nacionales y extranjeros, y en los libros: "Bogotá por Bogotá (2008), "Cenizas en el andén: Cuentos de la ciudad" (2009), "Suenan voces. Antología RENATA III (2010), "Poetas que hay que morir antes de leer" (2013), etc. Ha realizado conferencias, seminarios y eventos literarios en diferentes ciudades del país. En 2012 se publicó en Caracas, Venezuela su libro de poesía "El fuego en la herida" (Fundación Editorial El perro y la Rana).
"Nada es para siempre
ni los pedestales
ni las flores en la tumba
ni las grandes amistades"
ES TARDE
Es tarde
para prolongar los aplausos.
La sala está casi vacía
y el escenario desnudo...
Es tarde
para anhelar más caricias.
El cuarto está casi vacío
y recién hecha la cama...
En la radio
suena suave una canción.
"Se ha acabado"
es la primera frase...
Apago las luces
y cierro la puerta.
Entonces nos vamos
sin tomarnos de la mano.-
PLUVIO
Desde un rosáceo cielo
caigo...
como amarillenta gota
de soleada lluvia
me deslizo por las calles,
alimento mis pasos,
mojo tus labios
cuando besas el suelo
de la tierra que amas,
la misma que pisas
-a veces se pisa lo que se ama
recorro agrios campos
segados por siniestra guadaña,
goteo como sangre,
crezco dentro de un árbol
pero no maduro ni florezco.
Me seco, me muero...
ante tu vista fija
me desvanezco, me evaporo
y subo al cielo.-
PLÁCIDA NOCHE
Que su vientre sea mi almohada
y sus piernas me cobijen
que sus dedos se enreden en mis cabellos
y sus párpados caigan con los míos
que se revuelque desnuda
sobre mi cuerpo fundido
que no deje de besarme
y yo de acariciarla
que lo hagamos seis,
siete, ocho veces
a lo largo de la noche
que mi espalda se caliente con la suya
que me escuche susurrarle al oído
en medio de la pieza oscura
pero
sobre todo
que nadie se atreva a interrumpirnos
y nos dejen pasar juntos
una placentera noche.-
***
Soy un maldito vaquero solitario
sin sombrero, sin revolver,
sin caballo y sin Oeste,
bebiendo cerveza a solas
en la penumbra de un bar,
viendo un viejo video-clip
de una banda de hard rock
de finales de los ochenta.
Soy una alcancía vacía.
Parece ser que soy
exactamente lo que nadie quiere
ni siquiera yo.-
Pablo Estrada
Imágenes: Pinturas de Giulio Salti (Italia)
Blog auspiciado por Canadá Cultural Center of Montreal