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Elegía

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                          José Ángel Buesa

Poeta cubano nacido en Las Villas (ahora Cienfuegos), en septiembre de 1910 y fallecido en Santo Domingo,  República Dominicana, en agosto de 1982.

   
                                                "tardíamente, en el jardín sombrío,
                                                tardíamente entró una mariposa,
                                                transfigurando el alba milagrosa
                                                el deprimente anochecer de estío"






ELEGÍA PARA MÍ Y PARA TI

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste más que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Que linda es todavía".
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola o con otro. Yo iré solo o con otra.
O tú  irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos.

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya habré olvidado definitivamente
y sobre mis rodillas, retozarán mis nietos.
(Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente ya sin reconocernos).

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosas,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.-



NO ERA AMOR

No era amor. Fue otra cosa
pero según murmuran en la ciudad aquella,
yo cometí el delito de inventarte una estrella,
y fue tuyo el pecado de ofrecerme una rosa.
No era amor. No era eso
que se enciende en la sangre como una llamarada;
era mirar tus ojos y no decirte nada
o acercarme a tu boca sin codiciar un beso.

Tarde para mi hastío,
tarde para tu angustia de mariposa en vano,
era como dos ciegos que se daban la mano,
como dos niños pobres, tu corazón y el mío.

Nada más. Ni siquiera
suspirar en la lluvia de una tarde vacía.
No era amor, fue otra cosa. No sé lo que sería
yo sé que es triste que nadie lo creyera.-



POEMA DE LA ESPERA

Yo sé que tú eres de otro y a pesar de eso espero.
Y espero sonriente porque yo sé que un día
como en amor el último vale más que el primero
tú tendrás que ser mía.

Yo sé que tú eres de otro pero eso no me importa.
Porque nadie es de nadie si hay alguien que lo ansía.
Y mi amor es tan largo y la vida es tan corta
que tendrás que ser mía.

Yo sé que tú eres de otro.
Pero la sed se sacia solamente en el fondo
de la copa vacía.
Y como la paciencia puede más que la audacia
tú tendrás que ser mía.

Por eso en lo profundo de mis sueños despiertos
yo seguiré esperando porque sé que algún día
buscarás el refugio de mis brazos abiertos
y tendrás que ser mía.-



POEMA DEL SECRETO

Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,
y no volver el rostro para verte pasar.
Puedo apretar mis labios un día y otro día...
y no puedo olvidar.

Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,
casi aburridamente, sobre un tema vulgar,
puedo decir tu nombre con voz indiferente...
Y no puedo olvidar.

Puedo estar a tu lado como si no estuviera,
y encontrarte cien veces, así como al azar...
Puedo verte con otro, sin suspirar siquiera,
y no puedo olvidar.

Ya ves: tú no sospechas este secreto amargo,
más amargo y profundo que el secreto del mar...
Porque puedo dejarte de amar, y sin embargo...
¡No te puedo olvidar!


                                                                 José Ángel Buesa




Imágenes: Pinturas de Adolphe Alexandre Lesrel  (Francia, 1839 - 1890)


quiquedelucio@gmail.com

Bares y vagones

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                          Samuel Nuñez

Poeta y editor chileno nacido en La Serena en 1953. Es director de la revista literaria "Añañuca" desde su fundación en 1984. Su obra poética ha aparecido en "Antología de la Poesía del Valle de Elqui", "Antología Poética" de Juvenal Ayala, en "Poesía chilena contemporánea" de Javier del Cerro, etc. Su trabajo ha sido publicado en revistas nacionales y extranjeras.

                                                         "Bajo la mesa
                                                          un gato se maquilla
                                                          para el gran sueño"



 
AEROPUERTO

Cuando vengas mi Dios
entra por las poblaciones,
no lo hagas por Arturo Merino
Benitez,
te pedirán antecedentes.-

COTIDIANAMENTE

En mi país,
ciertos niños
no corren detrás de una pelota.
En mi país,
ciertos niños
corren detrás de los autos
hasta conseguir el brillo,
para alumbrarse en la miseria.-

BARES Y VAGONES

Hubo un tiempo
que el amor
me hizo mierda.-

*************

Se va la tarde
la radio está encendida
no hay ventanas más oscuras
en este querido barrio
mi madre plancha mi uniforme escolar
tarareando un tema de Alan y sus Bates.
La Serena va punteando en el campeonato
no hay como Carlitos Verdejo
no sé  que pasará en la calle
todos han cerrado sus puertas
mi abuela prepara la comida para mañana
es tan grande y chico el mundo
en estas cuatro paredes
así transcurre mi vida
en este invierno de 1966
me hago la pregunta
¿habrá sol mañana?
pregunta que me hago hasta estos días.-


****************

Cada día despierto
más solo
por eso canto.

*****************

Recuerdo cuando partiste
en ese vagón tan frío
y una de tus piernas
se quedó atrás
subiendo los peldaños
como a un ajusticiamiento
y no pude hacer nada
estaba lleno de silencio.

Todo se fue minimizando
hasta no existir
y tu dentro
ahora me duele tu partida
más que antes.

Nada ya existe
nada tú, nada.
Sólo soy una sombra
que intenta peinarse
en este espejo empañado
de un baño público.-

HOMBRE COMÚN

Vuelve todas las tardes
con su saco de ilusiones
que en este tiempo
también se comen.-


EL REGRESO

Me gusta recordar
la pichanga, el regreso de los coches,
el viaje diario de las gaviotas
sobre nuestras cabezas,
tu sonrisa como el mar con calma,
la abuela animando el brasero,
el mate ritual de los simples.
Veo a mi madre con la puerta entrejunta,
esperando como en los cuentos para señoritas
al hombre que nunca volvió:
mi padre.

************

Por decir
Tú, yo:
Envejecemos en distintas ciudades
con algo de desperdicio.-

VINO NEGRO

Mi tío
al que le gustaban las "lambrettas",
el mismo
que me regaló para mi cumpleaños
un single de "los vidrios quebrados",
se está yendo despacito
por una huella de vino negro
hasta desviarlo
en este pedacito de vida
y yo el descarriado
brindo con él.-


                                                                    Samuel Nuñez




Imágenes: Pinturas del artista de Estados Unidos Asher Brown Durand   (1796 - 1886)



quiquedelucio@gmail.com

Huellas

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.

                               
                                                              Wilfredo Mármol

Poeta salvadoreño nacido en Zacatecoluca el 5 de febrero de 1960. Miembro fundador del Círculo Literario Semilla y participante del Grupo de Escritores de La Paz. Tiene una propuesta inédita de la poesía Haikú denominada "120 Haikús". Publicó, además, en la Antología La Primavera de los Poetas, auspiciada por la Alianza Francesa. Colabora  asiduamente en Trazos Culturales del diario Colatino y dando charlas y lecturas de poemas en distintas ciudades de su país.


                                                   "Encuéntrame al final del adiós
                                                    en el umbral del silencio,
                                                    en la sonrisa olvidada
                                                    del horizonte"

                                                     




HUELLAS DEL EQUINOCCIO

El abismo sacude temores
allanan paso a las sombras de la imprudencia
sella el modelo que deshumaniza
el corazón del molde hegemónico;
son escorias que asaltan las huellas
en tormentas y explosiones;
pero,
las sonrisas esperanzadoras esparcen
el horizonte de hombres nuevos
disciernen el mundo de la equidad
son sendas de plenitud y felicidad.

Los abuelos sacan sus huesos al sol
los presentes abonamos el diálogo sincero
del mañana provisorio
a mano de la la diversidad.

El equinoccio
alza vuelo en alas de mariposa
se recrea con el sol
y la mirada de las estrellas
traslapa estaciones,
nueva primavera avizora
entre los seres que se aman
los humanos y las humanas
bajo la mirada
...del entendimiento.-



TE PIENSO

Sórdido escucho
el eco espumoso
de los pájaros interiores de tu mirada
nadan al silencio de las palabras
perdido en los encantos de tu silueta

Juego que comienza en el encaje del deseo,
unas sábanas blancas sedientas
serán el único testigo donde se conjuge
el verbo.
La rebelión comienza en el parnaso
de tu cuerpo
y el rugido de tus poros alteran mis pasos
entre tanta existencia,
tertulias,
miradas.
Miedo da, pensar que alguno
de los latidos se apaguen
de tanto ensarte
y esperarte,
esperarte.-


ESPERA PACIENTE

Escucho el sonido plácido
de tus miradas
caminan en el eco
quedito de las tertulias,
señalan el juego pasivo de lo inerte
mientras sedientas se alejan
como redención que habita
en la blancura de sábanas
sedientas de conjugar el verbo
amar en todos los tiempos
posibles de lo posible;

breve parnaso donde
la existencia cándida
espera paciente,
mientras la vida agota
la existencia  y nos tornamos
inhóspitos,
el tiempo transcurre arrastrando
el paso de las vidas,
mientras escucho el sonido
de tu mirada
que camina en el eco
quedito de mis tertulias
internas.-







ESTE TERCO CORAZÓN


Este terco corazón naufrago de promesas
aúlla entre los escombros
esperando que la suerte parca
extienda sus regias alas en la sonrisa de los olvidados.

En las pupilas, un ejército de lágrimas heridas
acosan la vigilia, y la metáfora del sueño
entre tanto dolor,
aún sigue perdida en el desierto de la sombra.-


                                                             Wilfredo Mármol


Imágenes: Pinturas de James Jacques Tissot   (Francia,  1836 - 1902)


quiquedelucio@gmail.com

Al mar

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                          Luis Barros Méndez

Poeta y político chileno nacido en Concepción en 1861 y fallecido en Santiago en enero de 1906. Se recibió de abogado en la Universidad de Chile, fue profesor de Derecho Natural y Código Penal en la Universidad Católica.  Diputado por Chillán y San Carlos para el período 1891 a 1894 y diputado por Itata de 1900 a 1903. Publicó muchos textos y poemas a lo largo de su vida, aunque su obra está un tanto dispersa. Es muy conocido su poemario: "En los bosques de mi tierra".


                                                 "Por no ver tus enojos
                                                 gemí como paloma con dulzura;
                                                 gastáronse mis ojos
                                                 escudriñando la celeste altura"





AL MAR

Cansado en mi camino hacia la nieve,
me detuve un instante a media falda,
y con los ojos vagos del que sueña,
vi a lo lejos la playa de mi infancia.

Y al palpitar en mi aterida frente
las olas frías del recuerdo, en mi alma
sentí aletear un canto que nacía,
y lo lancé a volar en la palabra.

¡Oh mar, sublime amor!, si ante tu abismo
el corazón del hombre se anonada,
al contemplar tu inmensidad fecunda,
el pensamiento sube y se dilata.

Todo en ti cobra vida y movimiento:
si el cielo mismo a tus abismos baja,
la luna y las estrellas en las olas
al dulce son de tus canciones danzan.

Y danzan los bajeles portentosos,
los peces, las gaviotas y las algas,
en tanto que en las playas arenosas
rumorean las olas coronadas.

Danza también mi alegre fantasía
si tus gigantes ondas la arrebatan
y, al contemplar tu majestuoso ceño,
se detiene a admirar tu fuerza extraña:

el martilleo eterno de las olas
en las clavadas rocas de la playa
y en la arena lavada el desmayado
y lánguido abandono de las aguas,

la placidez serena y silenciosa
del mar dormido en aparente calma,
cuando la luna al beso de sus rayos
hace temblar las ondas de esmeralda;

el furor invencible del oleaje
cuando porfía con la nave osada,
y el blando velo transparente y terso
que el avecilla con sus plumas rasga;

el ondeante penacho blanquecino
que flébil viento con temor levanta,
y la amarilla espuma, flor marchita
que el mar, cantando, a los peñascos lanza;

el galante repliegue de las ondas
al recibir las inocentes aguas
del dulce arroyo que a morir se acerca
y como el cisne en su agonía canta;

la lucha bulliciosa y turbulenta
del ancho río en la confusa barra

donde el mar, defendiendo sus dominios,
la invasora corriente audaz rechaza;

todo, todo es sublime en tus dominios,
gigante mar, y todo en ti contrasta
con las débiles luces de la tierra
que apenas pueden conmover el alma.

Despedazando el cielo con mil rayos
por un momento, si su vida exhala
puede imitar tu acento majestuoso
el trueno cuando guía las borrascas.

El prado verde donde el viento juega
remeda apenas la llanura ondeada
que cruzando, cual débiles insectos
con sus largas antenas, van las barcas.

Tus aguas son la sangre del planeta;
tu corazón, la luna enamorada,
a cuyo impulso circulando siempre
por cielo y tierra, inmenso te dilatas.

Con la insondable copa de tu abismo,
desbordando la espuma por las playas,
le infundes vida al universo entero
en las nubes que flotan sobre el agua.

¡Sublime mar! Llevado por tus ondas
mi pensamiento al Creador alcanza,
y en alas de tu acento poderoso
se elevan suspirando mis plegarias.

¡Oh Dios!, el mar adusto te obedece
y, ora te tiende alfombras de esmeralda,
ora repliega el velo de tus linfas
y te lo arroja en cintas desflocadas.

¡Señor! ¡El mar a impulso de los vientos
en blandas nubes llaga hasta tus plantas,
y al escarchar tu acento soberano,
a repartir la lluvia al suelo baja !

Y, ¡Dios mío!, si sube hasta los cielos,
como la nube, el himno que te canta,
también desciende al alma que te implora
trocado en lluvia de divinas gracias.-


 
                                                           Luis Barros Méndez





quiquedelucio@gmail.com

Nuestra alegría

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                         Adolfo García Ortega

Poeta, narrador, ensayista y traductor español nacido en Valladolid en 1958.  Ha publicado los libros de poesía: "Esta labor digital" (1983), "La mirada que dura" (1986), "Oscuras razones" (1988), "Fortuna" (1993), "La ceniza del paraíso" (1997), "Travesía" (2000), "Pienso siempre en aquellos" (2002), etc. Obtuvo el Premio ABC Cultural y Ámbito Cultural , Madrid, marzo de 2014. Sus libros han sido traducidos al inglés, al italiano (Piemme), al portugués, hebreo (Even Hoshen) y holandés (Mouria).

                                             
                                                   "Me gustan las guerras
                                                   que permanecen abiertas
                                                   entre tú y yo,
                                                   ser los dos el límite lejano
                                                   de países irreconciliables" 



NUESTRA ALEGRÍA

Nunca te he dicho
que cuando bebo champán
soy inmortal, soy inmortal.
Nunca te he dicho que es de locos
nuestra alegría, de locos
nuestros besos, inmortales.
Nadamos en el mar de la música
que oímos en el champán
de los locos, la alegría inmortal.
En el champán de los locos
la alegría suena inmortal
y tu voz loca suena dentro
de mi ser alegre, suena inmortal.
Tengo suerte. Una suerte alegre.
Mala inmortal buena suerte
alegre, pero pienso cambiarla,

es en eso en lo que más pienso
a cada hora, hora inmortal.

Cambiar mi amor por tu amor.
Beber champán. Alegre, inmortal,
extraño champán que nos cambia.
El cielo sí, de verdad que sí
nos cambia en el champán inmortal.

No hay más alegría que la nuestra,
nuestra alegría que nos cambia.
Tú y yo observamos ciertos cambios
cuando bebemos champán.
Sí, hay ciertos cambios
en el cielo inmortal cuando
el alegre champán nos dice locos.

Luce el sol, alegría y buena suerte
hasta donde yo recuerdo,
hasta donde tú recuerdas.
¿Recuerdas champán
loca alegría inmortal?
¿Sabes acaso que eres inmortal,
que yo soy inmortal?

Vagamos por el amor como en inmortal
día soleado, como en alegre día loco
impropio de este mundo.
Somos extraños entre los extraños
locos de este mundo inmortal.
¿El próximo año qué locura traerá,
y el próximo mes, y el día que viene
detrás de este día, qué locura?
Un día inmortal
y soleado de alegre champán
será suficiente para nuestra alegría.-


AMORES DE VIAJE

Por la luz oscura de la muerte hoy pasáís,
indefensos, crueles amores de viaje,
sembrando las postales de esa distancia sepia
que es el tono del olvido. No os retengo
sino tan lentamente, que parece inmóvil
la emoción de hallaros en un tiempo sumido
que no existe, igual que el eco de aquel tacto
en nuestro cielo, ardido y callado cielo
de silencio.

Como la muerte sois, dejada atrás
desconocida y única, soledad de un roto
hechizo a cuya sombra el color de lo pasado
nos previene.

Pero aunque fuera así, prendidos
del soñar que nada pasa en vano, por los hoteles
y camas y pasillos y plazas de un lugar monótono,
allí encerrada, como una música, permanece
la dicha fiel a nuestro cielo, la dicha inerme
de ser dos en tránsito y desesperados.
Por la luz oscura de la muerte hoy pasáis
hacia el invierno,
importantes solo en la memoria
de quien sabe que no hay nada,
absolutamente nada
que hacer.-


TE ADORO KAFKA

Describían una constelación a medida que la inventaban.
Se besaban, se quitaban la ropa,
la carne de los dos se buscaba mutuamente.
El lago ennegreció.
El agua carece de historia: siempre en movimiento
mientras corre, siempre presente.
Se amaron.-


                                                 
                                                            Adolfo García Ortega




Imágenes: Pinturas de Karl Albert Buehr  (Alemania,  1866 - 1952)



quiquedelucio@gmail.com

Primavera

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                                Octavio Paz

Poeta mexicano nacido en México D. F. el 31 de marzo de 1914 y fallecido el 19 de abril de 1998.   Premio Nobel de Literatura en 1990.


                                              "Pulida claridad de piedra diáfana,
                                              lisa frente de estatua sin memoria:
                                              Cielo de invierno, espacio reflejado
                                              en otro más profundo y más vacío" 





PRIMAVERA Y MUCHACHA

En su tallo de calor se balancea
la estación indecisa
abajo
un gran deseo de viaje remueve
las entrañas heladas del lago
cacerías de reflejos allá arriba
la ribera ofrece guantes de musgo a tu blancura
la luz bebe luz en tu boca
tu cuerpo se abre como una mirada
Te abres
belleza sin apoyo
basta un parpadeo
todo se precipita en un ojo sin fondo
basta un parpadeo
todo reaparece en el mismo ojo
Brilla el mundo
tú resplandeces al filo del agua y de la luz
eres la hermosa máscara del día.

Aunque la nieve caiga en racimos maduros
nadie sacude ramas allá arriba
el árbol de la luz no da frutos de nieve
aunque la nieve se disperse en polen
no hay semillas de nieve
no hay naranjas de nieve no hay claveles
no hay cometas ni soles de nieve
aunque vuele en bandadas no hay pájaros de nieve.

En la palma del sol brilla un instante y cae
apenas tiene cuerpo apenas peso apenas nombre
y ya lo cubre todo con su cuerpo de nieve
con su peso de luz con su nombre sin sombra.-


RAÍZ DE HOMBRE

Más acá de la música y la danza,
aquí, en la inmovilidad,
sitio de la música tensa,
bajo el gran árbol de mi sangre,
tú reposas. Yo estoy desnudo
y en mis venas golpea la fuerza,
hija de la inmovilidad.

Éste es el cielo más inmóvil,
y ésta la más pura desnudez.
Tú, muerta, bajo el gran árbol de mi sangre.-


SILENCIO

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza

hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas.
Las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
Desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.-


DEL VERDECIDO JÚBILO DEL CIELO

Del verdecido júbilo del cielo
luces recobras que la luna pierde
porque la luz de sí misma recuerde
relámpagos y otoños en tu pelo.

El viento bebe viento en su revuelo,
mueve las hojas y su lluvia verde
moja tus hombros, tus espaldas muerde
y te desnuda y quema y vuelve hielo.

Dos barcos de velamen desplegado
tus dos pechos. Tu espalda es un torrente.
Tu vientre es un jardín petrificado.

Es otoño en tu nuca: sol y bruma.
Bajo del verde cielo adolescente.
Tu cuerpo da su enamorada suma.-


                                                         
                                                                    Octavio Paz







Imágenes: Pinturas del artista estadounidense  Aaron Westerberg



quiquedelucio@gmail.com

Nocturno amor

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor. 


                                                       Xavier Villaurrutia

Poeta mexicano nacido en México D:F el 27 de marzo de 1903 y fallecido el 25 de diciembre de 1950


                                             "Pongo el oído atento al pecho,
                                             como, en la orilla, el caracol al mar.
                                             Oigo mi corazón latir sangrando
                                             y siempre y nunca igual" 





NOCTURNO AMOR

El que nada se oye en esta alberca de sombra
no sé cómo mis brazos no se hieren
en tu respiración sigo la angustia del crimen
y caes en la red que tiende el sueño.
Guardas el nombre de tu cómplice en los ojos
pero encuentro tus párpados más duros que el
silencio
Y antes que compartirlo mataría el goce
de entregarte en el sueño con los ojos cerrados
Sufro al sentir la dicha con que tu cuerpo busca
el cuerpo que te vence más que el sueño
y comparo la fiebre de tus manos
con mis manos de hielo
y el temblor de tus senes con mi pulso perdido
y el yeso de mis muslos con la piel de los tuyos
Que la sombra corroe con su lepra incurable
ya sé cuál es el sexo de tu boca
y lo que guarda la avaricia de tu axila
y maldigo el rumor que inunda
el laberinto de tu oreja
sobre la almohadilla de espuma
sobre la dura página de nieve
No la sangre que huyó de mí como el arco
huye la flecha
sino la cólera circula por mis arterias
amarilla de incendio en mitad de la noche
y todas las palabras en la prisión de la boca
y una sed que en el agua del espejo
sacia su sed con una sed idéntica
De qué noche despierto a esta desnuda
noche larga y cruel noche que ya no es noche
junto a tu cuerpo más muerto que muerto
que no es tu cuerpo ya sino su hueco
porque la ausencia de tu sueño ha matado a la muerte
y es tan grande mi frío que con un calor nuevo
abre mis ojos donde la sombra es más dura
y más clara y más luz que la luz misma
y resucita en mí lo que no ha sido
y es un dolor inesperado y aún más frío y más fuego
No ser sino la estatua que despierta
en la alcoba de un mundo
en el que todo ha muerto.-


POESÍA

Eres la compañía con quien hablo
de pronto, a solas.
Te forman las palabras
que salen del silencio
y del tanque de sueño en que me ahogo
libre hasta despertar.
Tu mano metálica
endurece la prisa de mi mano
y conduce la pluma
que traza en el papel su litoral.
Tu voz, hoz de eco
es un rebote de mi voz en el muro,
y en tu piel de espejo
me estoy mirando mirarme por mil Argos,
por mí largos segundos.
Pero el menor ruido te ahuyenta
y te veo salir
por la puerta del libro
o por el atlas del techo,
por el tablero del piso
o la página del espejo,
y me dejas
sin más pulso ni voz y sin más cara,
sin máscara como un hombre desnudo
en medio de una calle de miradas.-


NOCTURNO SUEÑO

Abría las salas
profundas del sueño
y voces delgadas
corrientes de aire
entraban.

Del barco del cielo
del papel pautado
caía la escala
por donde mi cuerpo
bajaba.

El cielo en el suelo
como en un espejo
la letra azogada
dobló mis palabras.

Me robó mi sombra
la sombra cerrada
quieto de silencio
oí que mis pasos
pasaban.

Al frío de acero
a mi mano ciega
armó con su daga
para darme muerte
la muerte esperaba.

Y al doblar la esquina
un segundo largo
mi mano acerada
encontró mi espalda.

Sin gota de sangre
sin ruido ni peso
a mis pies clavados
vino a dar mi cuerpo.

Lo tomé en los brazos
lo llevé a mi lecho.

Cerraba las alas
profundas el sueño.-


                                                              Xavier Villaurrutia





Imágenes: Pinturas de Kim English



quiquedelucio@gmail.com

Ella lo sabe

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                          José Abreu Felippe

Poeta, narrador y dramaturgo cubano nacido en La Habana el 19 de marzo de 1947. Ha publicado los libros de poesía: "Orestes de noche" (1985), "Cantos y elegías" (1992), "El tiempo afuera", que obtuviera el Premio Intenacional de Poesía Gastón Baquero  2000, "De vuelta" (2012), etc. Además tiene dos volúmenes de relatos editados en Miami, lugar donde actualmente reside y la novela "Siempre la lluvia" (1993) , que fue finalista en el Concurso Letras de Oro 1993.


                                             "El vecino descubrió, al fin,
                                             dónde se escondían esas ranas
                                             que cada noche, trabajosamente,
                                             subían a mi escalera, a disputarle la comida a mis gatos.
                                             A estacazos, triunfal, las mató a todas"




ELLA LO SABE

Ella va calando,
va abriendo su surco, lo humedece
como ritmo de olas o de ráfaga.
Ella se hincha y el sudor
araña las paredes.
Se desliza, respira sobre la nuca
erizándola,
luego retrocede.
Piel que descorre terrores tibios
como lengua,
como fuego a veces.
Así se rinde, es cuerpo,
pero ella se adentra,
gana espacio, se posesiona.
Las manos parecen semanas
u hojas crispadas al calor de la tarde.
Algo cruje, algo se expande como un niño.
Las otras ruedan, tropiezan, se contraen, huelen.
¿Qué diría ella
de unos labios abiertos en un grito
que no se escucha?
El dolor le provoca espasmos
con olor a tela almidonada.
El pecho se dilata,
está vivo, respira.
La hierba es oscura y trae presagios.
Ella lo sabe y se aproxima, toca fondo.
Llora profundo,
después se duerme,
late.-


MIEDO

El miedo viene a mi cama
y se acuclilla sobre mi almohada.
Veo sus agujeros
goteando sobre mi cara,
su colgajo blando sobre mi boca.
Es pez que agoniza,
que boquea.

Con entusiasmo
reproduzco la mueca con mis labios.-


EL CAMINO DE MITILENE

Al alcanzar tu cuerpo llego a tu tierra
y gozo el campo abierto.
En enero veremos aguinaldos,
todavía blancas enredaderas de aguinaldos y dulce
la miel entre tus labios,
tu cuerpo ondas y hay abrigo.
Recojo ramas y hago un fuego familiar
sobre tu pecho.
No tendremos invitados, solo
nosotros dos y vemos
los objetos queridos adormilados sobre la hierba.
Como es de noche conversamos haciéndonos caricias
y añoramos el verano.
La piel de tu espalda es tan blanca como la hierba,
aún húmeda, levanta ronchas, enormes claros
sobre los que hago cruces con las uñas.
Paso suavemente mi mano por tu vientre,
recuesto mi cabeza, y siento como es que,
entre mis manos, late el río.
En junio cumpliremos 6 años, me dices,
y yo te beso, apresuradamente,
para no hablar del tiempo.
Yo contemplo la fragilidad de mi palabra,
el desvanecimiento del sonido
en mis labios, cómo revientan,
como el tren de niño que nunca tuve y giran.
Desenredo y enredo el cabello que aparece
en una línea con el olor que tanto me gusta.
Como en un juego, como en el curso de los días,
y veo que ya no me lamento ni me apeno.
Ha pasado el tiempo y casi en tu oreja veo duendes y
casi avergonzado de que me oigas y para compensar
te digo que me falta el aire, que me estoy poniendo viejo,
después rozo la boca y tú tiemblas.
Así que por allá se llega a la nostalgia.
Debajo del cuello, junto al almendro, entre las hojas,
está  abuela con una mano apoyada en el muro
y la otra
haciendo visera sobre su único ojo,
creo que observándonos.
Tú no me atiendes y a cada paso
hay algo que distrae tu atención, como en los niños.
Por cualquier camino se llega a la nostalgia,
me asegura mi abuela,
pero yo finjo no escuchar y con la lengua
sigo el camino cada vez más estrecho de tu cuerpo,
y allí nos desnudamos.
Nademos contra la corriente, te digo, y nos lanzamos.
Yo voy detrás y me salpican enormes flores de aguinaldo.
Braceo y Dionisios escancia para nosotros la miel
del aguinaldo, la hierba se adentra en las orillas
y tomamos el sol sobre las piedras rodeadas de lomas azules.
Es por la tarde, vemos las sombras de las hojas sobre
nuestros cuerpos, y empezamos un canto
que sólo a nosotros nos exalta, un canto personal,
y viene la lluvia a nuestros cuerpos.
Somos muy jóvenes y nada sabemos de la muerte.
Yo me cobijo, y seguimos la marcha mas nunca
arribaremos.
En cuclillas miramos a lo lejos, tengo frío, me dices,
y las nubes van haciendo figuras en la tarde.
Tu rostro resplandece de sol y de amarillo y decidimos
ir arrojando por la borda todo lo eterno,
y desnudos, con la oscura esperanza de seguir,
perdernos en la noche.-


                                                            José Abreu Felippe




Imágenes: Pinturas de John Everett Millais  (Inglaterra,  1829 - 1896)



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Suspiro

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Cuarto año de una antojadiza antología de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                             Hans Schuter

Poeta, traductor y profesor de Castellano y Filosofía chileno nacido en Santiago en 1957. Como escritor su trabajo poético ha sido traducido y publicado en italiano, francés e inglés. Su obra poética aparece en varios sitios literarios, donde desarrolla el Catastro digital: "Generación de poetas chilenos nacidos en el 50". Ha publicado también "Tras la muralla del paisaje, Valdivia" en 1985 y  "Lo maravilloso es tan maravilloso que deja de ser maravilloso" en 1980.

                                               
                                                  "En qué quedamos
                                                   solías decirme al oído
                                                   no hay nada tan amable como el
                                                   aserrador de Baudelaire
                                                   que arroja a su mujer al agua"




SUSPIRO

A eso del amanecer
enciendes la luz
y ves la araña del rincón
que atrapa su zancudo
su polilla de toda la vida,
desde tu cama asistes al festín
negándote
a volver
a ser
la mosquita muerta.-


SUSPIRO 48

Y ahora,
en cada ir y venir
se rompe la inmensa humedad de
tus recuerdos,
de tanto en tanto
la espuma besó tus pies
y te ves a ti misma de ocho años
corriendo y gritándole al mar
de los cuarenta,
cuando una mano guiaba tus pasos
por la arena
y en cada ir y venir
se borra todo.-


DE PIRCAS

Siempre fue ayer en la memoria
con tus paredes chorreando por la
humedad de besos
siempre fue ayer.
Como una hortensia azul y
prodigiosa
iluminando al sol de la tarde
siempre fue ayer.

Y hay confusión apretada a palos secos y malezas
junto a la higuera mayor que aún está sin hojas.

Y es que, siempre fue ayer en la memoria,
a pesar de tus gestos desvalidos
y pechos sonrientes,
siempre fue ayer,
aunque desnudes la silueta recortada en la ventana
cada vez más tarde,
siempre fue ayer.-


LA VOLADORA MIRA PARA ATRÁS

En enjambre de brujos
revuelven, se rozan
y chocan en el aire.
Y mientras los ingenuos creen
en fuegos de artificio,
en el año nuevo
en las bondades del arte.

La voladora
sentada en su lágrima,
se detiene un instante ante tus ojos
para desaparecer.-


MANOJITOS

Ay, manojito de lluvia
Ay, manojito de frío
la Yegua va galopando,
se la lleva su destino.
Y corre desde los cerros
sorteando cualquier camino.

Ay, manojito de lluvia
Ay, manojito de frío
la Yegua va galopando,
se la lleva su destino.-



                                                              Hans Schuter




Imágenes: Pinturas del artista ruso Vladislav Nagornov


quiquedelucio@gmail.com

Muchachas poetas

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.


                                                     Pedro Enrique Rodríguez

Poeta y psicólogo venezolano nacido en Maracaibo en 1974. Es profesor de la Universidad Católica Andrés Bello. Ha publicado los libros: "Oficio de lectores - Textos de detectivismo literario" (2008), "El silencioso vuelo de los peces" (2009). Fue ganador del Concurso de Poesía José Barroeta 2012 convocado por la IX Bienal de Literatura Mariano Picón-Salas, con el poemario "La fugaz caligrafía del resplandor". También obtuvo el II Premio Equinoccio de Poesía Eugenio Montejo, 2014.


                                          "No hablas de ti, no se trata de ti.
                                            No se trata de estas tardes falaces
                                            que ya no existen y en las que
                                            estuviste atrapado sin saberlo"




24

Me gustan las venganzas que de tanto en tanto
escriben las muchachas solitarias,
esas furiosas leonas dormidas,
poetisas a las que casi nadie desea.
A las que nadie interesa publicar. A las que muy pocos leen.
Improbables invitadas a los coloquios de lujo.
Eterno público de los mediocres recitales en las plazas.
Sus venganzas son honestas:
profetas de un mundo nunca conquistado.
Mariposas fallidas,
a quienes todos han dicho con desdén
que son bellas por dentro.
Artistas de la introspección
que cultivan y odian, precisamente,
ese trozo de hielo que les habita
y que conocen al dedillo,
donde solo encuentran
sustancias gelatinosas, parajes de gases cósmicos,
fotos desgastadas que conservan un grito.

Las define el temor y la tentación de la vida y de la muerte.
A veces tienen cosas importantes que decir al respecto,
pese al desdén del auditorio,
pese al fatídico ámbito de autoayuda
que intentan ofrecerle los talleres de escritura
que nunca necesitaron pero a los que,
por un furioso y tímido anhelo de compañía,
siempre pertenecen.

Son lo que son, y bien nos valdría saberlo.
Profetas que nunca lograrán dar con el número de la lotería.
Adivinadoras que chocan, en las noches,
con las puertas abiertas de los anaqueles de la cocina.
Copistas de verdades profundas que queremos ignorar
y que ellas se toman el trabajo de apuntar
en sus cuadernos
pese a que la fama y el éxito corresponda, siempre,
a otras muchacha mucho más bonitas.

Todo les ocurre. Todo les daña.
Episodios psicóticos, psoriasis,
obesidad mórbida,
patología de un triste y vago exotismo.
El recuerdo amargo y sólido
de una mañana de febrero sometidas
a la lenta tortura de una curva de la glucosa.
Malos resultados.
Un médico de pelo blanco que mueve la cabeza
y después les olvida para siempre.

Conocí a una muchacha psicótica que escribía poemas.
Leí algunos.
Cosas hermosas.
Estaba brava, estaba aturdida, estaba asustada.
Contaba sus historias con el shampoo que debía guardar
junto a su cama,
durante los meses de hospitalización.
Las hojas que caían de los árboles en el mes de mayo.
Las noches lentas y repetitivas donde la luna,
una luna que era también una oreja,
escuchaba los pensamientos eróticos
que ella apuntaba secretamente,
escondida bajo las sábanas
desnuda y fría y pálida.
Urdiendo un puñal para matar la noche.-


.I

En los años noventa,
poco antes de que se acabase el mundo,
las páginas culturales de los periódicos
(las mismas mariposas sucias de Tranströmer)
nos daban las partes del Apocalipsis.
El hombre, nos decían, había muerto.
También estaba muerta la historia,
el futuro, los conceptos.
Los lentos suplementos culturales
hacían las veces de páginas de sucesos.
Yo las imaginaba escritas por el comisario Treviranus,
triste y somnoliento,
quien redactase sus noticias en mangas de camisa
mientras un viejo tocadiscos RCA Victor
dejaba sonar un suspiro de Debussy
y un lejano estuario brillaba como arena del desierto.

Eran los tiempos de la historia policial
ilustrada con los cuadros de De Chirico.
De toda la taimada genealogía de los disparos de nieve.
Estábamos suspendidos  en el centro de la nada.
Imitábamos a una ráfaga de lluvia
que se estrella contra la superficie del parabrisas
en una carretera sola del Canadá.
El final era eso. Esa quietud.
Esa desoladora trivialidad.

Me pasaba casi todo el día en una universidad,
en su biblioteca, en sus salones espaciosos y fríos,
en los cubículos de sus salas de estudio,
o tumbado en la grama bajo las ceibas
mirando el paso de las nubes.
Leía, leí, todos los libros que me fueron posibles.
En el fondo, buscaba a Mesopotamia.
La imagen de una ciudad que descubrí,
aun sin saberlo, muchos años antes
cuando era todavía un niño
en el último filón de una ciudad
incendiada por el color rojo de la tarde,
por una melancolía que solo era mía;
un mundo donde habitaba una madre triste y sola,
un padre que fumaba un cigarrillo tras otro
mirando caer la tarde,
intentando comprender la magnitud de su derrota.-


                                                     
                                                         Pablo Enríque Rodríguez




Imágenes: Pinturas del artista Odilon Redon  (Francia, 1840 - 1916)


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Canta en la noche

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   Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor. 



                                                            José de Espronceda

Poeta español nacido en Pajares de la Vega, Extremadura el 23 de marzo de 1808 y fallecido en Madrid el 23 de mayo de 1842.


                                                      "Trae, Jarifa, trae tu mano,
                                                       ven y pósala en mi frente.
                                                      Que un mar de lava hirviente
                                                       mi cabeza siento arder."



           
CANTA EN LA NOCHE

Canta en la noche, canta en la mañana.
Ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.

Teñido el cielo de amaranto y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.

Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.

Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo suave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.-


LAS QUEJAS DE SU AMOR

Bellísima parece
al vástago prendida,
gallarda y encendida
de abril la linda flor;
empero muy más bella
la virgen ruborosa
se muestra, al dar llorosa
las quejas de su amor.

Suave es el acento
de dulce amante lira,
si al blando son suspira
de noche el trovador;
pero aún es más suave
la voz de la hermosura
si dice con ternura
las quejas de su amor.

Grato es en nombre umbría
al triste caminante
del alma radiante
mirar al resplandor;
empero es aún más grato
el alma enamorada
oír de su adorada
las quejas de su amor.-


SONETO

Fresca, lozana, pura y olorosa,
gala y adorno del pénsil florido,
gallarda puesta sobre el ramo erguido,
fragancia esparce la naciente rosa.

Mas si el ardiente sol lumbre enojosa
vibra, del can en llamas encendido,
el dulce aroma y el color perdido,
sus hojas lleva el aura presurosa.

Así brilló un momento mi ventura
en alas del amor, y hermosa nube
fingí tal vez de gloria y de alegría.

Mas ¡ay!, que el bien trocóse en amargura,
y deshojada por los aires sube
la dulce flor de la esperanza mía.-


LA CAUTIVA

Ya el sol esconde sus rayos,
el mundo en sombras se vela,
el ave a su nido vuela.
Busca asilo el trovador.

Todo calla; en pobre cama
duerme el pastor venturoso:
En su lecho suntuoso
se agita insomne el señor.

Se agita; más, ¡ay! reposa
al fin en su patrio suelo;
no llora en mísero duelo
la libertad que perdió.

Los campos ve que a su infancia
horas dieron de contento,
su oído halaga el acento
del país donde nació.

No gime ilustre cautivo
entre doradas cadenas,
que si bien de encanto llenas,
al cabo cadenas son.

Si acaso, triste lamenta,
en torno ve a sus amigos,
que, de su pena testigos,
consuelan su corazón.

La arrogante erguida palma
que en el desierto florece,
al viajero sombra ofrece,
descanso y grato manjar.

Y, aunque sola, allí es querida
del árabe errante y fiero,
que siempre va placentero
a su sombra a reposar.

Mas, ¡ay triste!, yo cautiva,
huérfana y sola suspiro,
el clima extraño respiro,
y amo a un extraño también.

No hallan mis ojos mi patria;
humo han sido mis amores;
nadie calma mis dolores
y en celos me siento arder.

Supe amar como ninguna,
supe amar correspondida;
despreciada, aborrecida,
¿no sabré también odiar?

No soy ya del castellano
la sumisa enamorada;
soy la cautiva cansada
ya de dejarse oprimir.-


                                                      José de Espronceda




Imágenes: Pinturas del artista español Vicente Romero Redondo  (1956)


quiquedelucio@gmail.com

Pájaro de caos

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                            Eduardo Valverde

Poeta de Costa Rica nacido en San José, en 1980. Cursa la Maestría en Historia en la Universidad de Costa Rica. Participó en la Revista Cultural  "Calle 3". Sus poemas se han publicado, entre otros, en "La frontera del ocio", "La Malacrianza" del Semanario de la Universidad, etc.


                                         "No regreso porque todo es bruma tras los días
                                         que acumulan anaqueles y mariposas desmembradas,
                                         bruma tras los autobuses que inventaron los barrios
                                         y los abandonaron a su paso" 





OFELIA DISTRAÍDA

Sin embargo fue ella
con un pecho de dos lunas saludables y saladas
Violetera con pecho de animala rugidora
que levanta el polvo tras los trenes
para inventar distancias y canciones de viajeros
Violetera me fundó ciudades
en las avernas del músculo arenoso
y en cada una puso un viejo criador de perros
que lamen sus ruinas monumentales
y olisquean sus ancestrales imaginarios

Ofelia o Violetera
o muchacha de pechos como grutas de confianza
donde imaginar el fuego y tallarlo con palabras
me fundó ciudades y les acercó el viento
con un gesto del vestido
ciudades donde había solo ecos en reposo
y les puso parques que hospedan la niebla
para que los niños asesinos duerman y sueñen
sus venganzas
les acercó el viento Violetera
con un tañer de falda lleno de ánimos de pájaro
o de todo lo que vuela.

Ofelia o Violetera o
como se llaman las mujeres
porque es buena
se distrajo
para entrarme en sus espasmos
y fundarme ciudades
en la máquina que pulsa
en el músculo arenoso
en la arena del molusco
se distrajo Violofelia.-


CANCIÓN DE ENERO

Cualquiera de estas noches resumimos.

Una mujer hermosa escarba en su bolso,
busca una llave o un espejo,
tal vez monedas o un apunte;
desde ora mesa acordamos que esa imagen
podría perfectamente ser la eternidad.

Ahora nunca lloramos sobrios,
costumbres que llegan con los años.

Otra imagen, otra mujer, en un cuento de Tabucchi,
se encuentra detenida sobre un paisaje árido,
una manada de caballos
salvajes corren alrededor de ella
que cree estar desnuda y no entiende qué hace ahí,
mordiendo el polvo que levanta su visión:
Los emblemas de la nada.-


NÚMEROS ROJOS

El tráfico aéreo sobre los desiertos
donde haya una columna y sobre ella una estilita,
las recetas de cocina y de farmacia,
el deja vu en las ventanillas de los autobuses,
el encono de las loras mutiladas,
las sombras ominosas que se alargan
hasta alearse con la totalidad,
la deshonra de los atropellados,
aquel verso de "le dice burlona -carita gitana
¿cómo hacer buen vino de una cepa enana?",
la whirpool de la esposa del mecánico,
los retratos de familia, las tumbas desatendidas,
los predios municipales, el ángel bueno de Alberti,
la electrificación de las guitarras,
y el vino y cerveza,
el trillito de migajas a la ebriedad,
las ganas de perder cuanto se gana.

Hicimos varias listas:
el lánguido suceso de la amistad.

Los emblemas de la nada.-


INVOCACIÓN A BILLY THE KID

Yo quería hacerme el loco
pero el Quijote acababa en desamparo.
Quise ser hijo de padre y madre
pero Comala era un gran desierto
visitado en las noches por el fuego
y Hamlet moría envenenado y huérfano
pidiéndoles testigos a las piedras.

-lo demás es silencio-

Sigo pensando que el corazón es arenoso y fuerte
y en él hay algo que galopa
como un bólido de los suburbios
o un tren que cruje
por los extensos condados de lo blanco;
como una banda de vaqueros
bajo el cielo de la luna nueva
o un niño enloquecido que aprende a leer.-



                                                              Eduardo Valverde





Imágenes:  Pinturas del artista francés George Braque  (1882 - 1963)




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Octubre

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                             Marta de Arévalo

Poetisa y narradora urugyaya nacida en Montevideo en 1933.  Es autora de 28 títulos editados (poesía, narrativa, crónicas históricas, ensayo breve y canciones infantiles). Edita dos revistas literarias: B.L.A.N.C.O. (arte y cultura) y "Lunita de papel" (colección de literatura infantil ilustrada). Entre sus premios se destacan: "José Vasconcellos" de México, 1994, Intendencia Municipal de Montevideo en 1981 y 1982. Premio Internacional de Literatura Latinoamericana "Gabriela Mistral" en París, etc.


                                      "La nombro si me nombro, la nombro si la guardo.
                                      La nombro en nombre oculto, la oculto entre mi voz.
                                      Le debo la sapiencia, le debo astros y canto,
                                      le debo los remotos serafines del sol"





Yo espero
Tú sueñas
Él tienta

Todos corremos.

Queremos
el vientre del mundo
la piel de la galaxia
la curva que trazó
la estrella desaparecida  hace milenios.

Queremos.
Deseamos.
Exigimos.
Nunca nos saciamos.-


OCTUBRE

Ayer no tuve tus caricias
en un rincón azul robado al tiempo
no hubo eternidad para los dos

tanto tiempo sin tenerte
           mucho infierno
misterioso edén
           al compartir el beso
rescatar la vida
           al darse
entregar el alma
           a través del sexo
delirio sumo
           perderlo todo

tonta existencia mujer de nadie
           alma
inútil sociedad consumista
todo con precio de marca y fama
            aduana declarada
            apellido certificado
tonta existencia
mujer de llanto meter silencio
en letras invendibles
             tonta
existencia
             mujer
de nadie
             burilada
en tristeza perpetua.-




  

RECETA ORIGINAL

Una manzana madura
y perfumada.
Un arcángel con espada de fuego.
Una serpiente mentirosa
una olla y una mujer.

Religiosamente mezclado
con espíritu sensual.

He aquí el Paraíso.

La manzana es única.
Y todas las recetas
descienden de ella.-


AMOR

Tu nombre empieza con A
...y deseo estés bien
yo
desde mi exilio
de tu ciudad dorada
duermo mal estoy triste
pienso mucho
              te escribo
esta carta
para que me conozcas

no me odies
por molestarte
               extraño
aquellos días

gracias por la ternura.-


VORÁGINE

Sentada algún instante
en silla hostil de mundo circular
                 pienso
         -cuando me dejan-
como era, antes.

El mundo entonces
         -yo creía-
asomaba una ala transparente
tendida a la inocencia.
Había la virtud
jugando como en arpegios
su música desde la boca limpia
de mi padre.
Creyente,
mi sed asimilaba su amor sin límite
ni dogma.

               Yo miraba el agua clara
               de un claro espejo
               de una fuente clara.

                Yo creía.
El mundo
ancho ilimitado estaba
revestido de una luz dorada
que surgía del entorno familiar
con armonía.
La música del alma
descansaba su ocio de existir
resplandeciente.
Y eran diáfanos
                  el día
                  el pan
                  el agua
                  y la palabra.

Noche que vino después
desde los siglos de la frente humana
buscando el sitio
mentido por los dioses
me hundió en la vorágine

En el remolino
que hostiga sin dar pausa.

Ahora
sirenas de mares remotos
                 cantan
                 cantan
                 cantan
su voz metálica en mi oído
desde siempre
hasta lo infinito.-



                                                              Marta de Arévalo      





Imágenes:  Pinturas de John William Waterhouse  (Inglaterra, abril, 1849 - febrero, 1917)

quiquedelucio@gmail.com




La playa de mi sueño

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.

                                            "Entre la gente sigo caminando. Aquí estoy
                                              nunca me demoré -te digo- latido tras latido
                                              territorio febril de ciudad
                                              de vértigo sin vértigo"





LA PLAYA DE MI SUEÑO    poesía de Quique de Lucio

     Confundí ese hilo de luz con un resplandor
a lo mejor por el cansancio de caminar en esas arenas húmedas,
de esa discreta tarde.
El caminito nos colocó suavemente, íbamos de verano
y salimos todos tan ligeros.
Pudiera alzar la mano a quien fui y advertirte: esto no durará.
Pero ya lo sabía. Era la costa del Río Cuarto y
llegado un poco tarde al verano y a la playa.
Ya no quedaba nadie, sólo nosotros.
Sentados sobre las piedras conversamos de cosas sin importancia.
Pocillos cavados por el agua contenían secretos: joyas de barro,
minucias que compondrían una naturaleza muerta;
tú habías encontrado un caracol raro y yo me entretenía
de hueco en hueco, en la arena.
Tal vez sólo quería perseguir ese enjambre de luciérnagas,
mi aguase filtró por tus grietas
cuando la capa de escombros era únicamente arena,
ese fue el primer suelo sobre el que surgió nuestra vida.
Ya sé que para siempre recordaré dos ríos anchos y sonoros,
así han de ser las playas que aspiran a memoria
aunque allá, donde tú la recuerdes, se hagan sepia.
Pero quiero saber de qué se trata este recuerdo,
tañido incierto en esta noche de frió.
Levanté la cabeza te vi sentada,
eras como na lámpara encendida entre las manos,
nunca sabré qué hacer
en medio de ese instante que aún está sucediendo
y ya sé para siempre. Aún no habíamos ido a la habitación
ni empezado la tarde. Te grité unas palabras
ya no al aire liviano y remotas,
cayeron como piedras, joyas de barro también estas palabras
que no eran importantes. Hube de recogerlas.
Asombra en ciertos recuerdos su arbitraria permanencia
así que no hay razón para que cambie
el memorioso sepia
desde el azul al rojo, para este olor a mojarritas.
Algo en mí supuso la fatalidad de esa discreta tarde,
no sé si la recuerdas mas qué importa:
conservo dentro de mí tu instante con cuidado,
ese escudo de amor contra la joven muerte.
No se quien me dio una mariposa
para poner adentro del frasco. No la quise,
algo en mi creía la fatalidad de ser esa naturaleza muerta.

      Llegamos a la habitación cuando empezaba la tarde.
Siempre la tarde es cruel y más en Río Cuarto,
la matinal belleza del agua cuando está frío y recién
se acostumbran las palomas
recrudece con las horas y obliga al mediodía a entornar los ojos
cuando merma la luz, son las seis de la tarde:
la luz ya no nos mira fijamente y sus oblicuas
ojos son el hechizo peor.
Toda criatura tiene de sí misma noticia a esa hora.
Cuando llegamos a la habitación empezaba la tarde.

      Descorrí la cortina sobre el vidrio y entró
francamente la de oblicuos ojos:
así era mejor. Encendí la televisión pasaban un documental
sobre turismo en el Río de la Plata.
Eran dos ríos: uno en la pantalla el otro en la terraza
no supe desde cuál miraban con más furia
los oblicuos ojos.
Las muchachas de la balsa se animaron en lunfardo porteño
unas a otras en el límite con Uruguay,
y yo atenué de la pantalla el demasiado color
pero el demasiado color persistía tras la baranda.
Me di por vencido, como se quiebran los largos girasoles.
Barquitos corrían ante mis ojos
llevando a muchachas que se te parecían.
Tú saliste en ese momento a la terraza
y me dijiste algo: yo lo supe claramente de nuevo
aquella tarde
como antes lo supe en la costa del río,
no me preguntes qué, no me preguntes.
Ignorar ciertas cosas es un don en cualquier hora,
mucho más en la hora de los recuerdos vanos.
Entraste de nuevo y llevaste contigo tu visión
y eso hizo a estas cosas mucho más soportables.
Pasaron toda la tarde las muchachas
por la pantalla sobre sus frágiles embarcaciones
lamidas por el agua marrón, la de color león
y pasó toda la tarde tras la baranda. No te dije palabra porque
te había querido en esas breves horas
más allá de toda posible palabra.
Ahora estoy otra vez en esta última esquina del invierno.

      Cerré las cortinas cuando me di cuenta
que lo que quería es recordar,
cuando daban miedo
las frágiles balsas de mi sueño
lamidas por la noche.-




                                                            Quique de Lucio









Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com

Década

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                          Amy Lowell

Poetisa estadounidense nacida en Boston, Massachusetts, el 9 de febreo de 1874 y fallecida el 12 de mayo de 1925.

                                             "Me atrevo a alcanzarte
                                             me atrevo a tocar el canto de tu resplandor,
                                             yo salto más allá del viento
                                             y lloro y grito
                                             la impetuosa alegría de mi amor" 






DÉCADA

Cuando viniste, tú eras semejante al vino tinto
y a la miel
y el gusto de ti encendió mi boca con su dulzura
ahora eres como el pan de la mañana,
suave y placentera,
apenas te degusto, puesto que conozco tu sabor
pero sin embargo estoy completamente saciada.-


MADONNA DE LAS FLORES DEL CREPÚSCULO

He estado trabajando todo el día,
ahora estoy cansada
llamo: "¿Dónde estás tú?"
Pero sólo se escucha el murmullo
de las hojas de un roble;
la casa está muy silenciosa,
el sol brilla sobre tus libros,
sobre tus tijeras y el dedal
Pero tú no estás ahí,
de repente estoy sola.

Entonces te veo
parada bajo una corona de consólidas reales
con una canasta de rosas en tus brazos;
tú eres fresca como la plata
y me sonríes;
entonces siento que las campanas de Canterbury
están tañendo
pequeñas melodías.

Tú me dices que las peonias necesitan agua,
que las aguileñas pajarillas
han traspaso sus límites,
que la papónica debería ser recortada;
tú me dices todas esas cosas
y yo te miro, corazón de plata
encendiéndose debajo de las ramas azules
de la consólida real
Deseo arrodillarme a tus pies
al instante,
mientras alrededor de nosotras repiquetean los suaves
Te-Deums
de las campanas de Canterbury.-


OTOÑO

Me trajeron una dalia amarilla
opulenta y majestuosa
Oro rotundo
proyectada de un tallo verde y pálido
oro rotundo y acabado
maduro
meticulosamente suntuosas y ardientes
un rayo de solemnidad
Fecundidad ataviada de sugestivo amarillo
para que todo el mundo la vea
me trajeron una dalia amarilla
Amí, que soy estéril e infecunda;
¿te la enviaré a ti
-Tú que te has llevado contigo
todo lo que una vez poseí?.-


TAXI

Cuando me alejo de tí
el mundo palpita en silencio,
cual relajado tambor
Grito por ti contra las distinguidas estrellas
y grito en los caminos del viento.

Las calles apresuradas
se aparecen una tras la otra
y te alejan de mí
las luces de la ciudad aguijonean mis ojs
de tal modo que ya no puedo ver los tuyos
¿Por qué debo dejarte
y herirme a mí misma con los agudos
ribetes de la noche?.-


LA VELETA APUNTA AL SUR

Separo tus hojas,
una por una:
Las rígidas, amplias hojas exteriores,
la más pequeñas,
agradables de tocar, regadas de color púrpura;
las hojas exteriores barnizadas,
una por una
te separo desde tus hojas,
hasta que, como una flor blanca,
te enderezas
balancéandote ligeramente en el viento del atardecer.-



                                                               Amy Lowell




Imágenes: Pinturas del artista Ton Dubbeldam



quiquedelucio@gmail.com

Amanecer

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor. 


                                                               Jorge Luis Borges

Poeta argentino nacido en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 y fallecido en Ginebra, Suiza, el 14 de junio de 1986.


                                                     "Un hombre trabajado por el tiempo,
                                                      un hombre que ni siquiera espera la muerte
                                                      (Las pruebas de la muerte son estadísticas
                                                      y nadie hay que no corra el albur
                                                      de ser el primer inmortal)" 






AMANECER

En la honda noche universal
que apenas contradicen los faroles
una racha perdida
ha ofendido las calles taciturnas
como presentimiento tembloroso
del amanecer horrible que ronda
los arrabales desmantelados del mundo.
Curioso de la sombra
y acobardado por la amenaza del alba
reviví la tremenda conjetura
de Schopenhauer y de Berkeley
que declara  que el mundo
es una actividad de la mente.
Un sueño de las almas,
sin base ni propósito ni volumen.
Y ya que las ideas
no son eternas como el mármol
sino inmortales como un bosque o un río,
la doctrina anterior
asumió otra forma en el alba
y la superstición de esa hora
cuando la luz como una enredadera
va a implicar las paredes de la sombra,
doblegó mi razón
y trazó el capricho siguiente:
Si están ajenas de sustancias las cosas
y si está numerosa Buenos Aires
no es más que un sueño
que erigen en compartida magia las almas,
hay un instante
en que peligra desaforadamente su ser
y es el instante estremecido del alba,
cuando son pocos los que sueñan el mundo
y sólo algunos trasnochadores conservan,
cenicienta y apenas bosquejada,
la imagen de las calles
que definirán después con los otros.
¡Hora en que el sueño pertinaz de la vida
corre peligro de quebranto,
hora en que le sería fácil a Dios
matar del todo su obra!
Pero de nuevo el mundo se ha salvado
la luz discurre inventando sucios colores
y con algún remordimiento
de mi complicidad en el resurgimiento del día
Solicito mi casa,
atónita y glacial en la luz blanca,
mientras un pájaro detiene el silencio
y la noche gastada
se ha quedado en los ojos de los ciegos.-


AMOROSA ANTICIPACIÓN

Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso
y tácito de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez
por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha
que la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré, por primera vez, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del tiempo,
sin el amor, sin mi.-


AUSENCIA

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.-


DESPEDIDA

Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes,
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo.
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.-



                                                       Jorge Luis Borges



Imágenes: Pinturas de Lawrence Alma-Tadema  (Países Bajos, 1836 - 1912)








quiquedelucio@gmail.com


El confinado

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio.Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.




                                                     Carlos Héctor Trejos Reyes

Poeta colombiano nacido en Riosucio, Caldas, el 7 de noviembre de 1969 y fallecido el 11 de septiembre de 1999, a la edad de 29 años. Publicó tres libros de poesía: "Poemas de amor y desamor" (1994), "Ashaverus", ganador de los II Nuevos Juegos Florales de Manizales en 1994 y "Manos ineptas", galardonada con el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, en 1995. Dejó inéditos los libros: "Escrito desde la amnesia" y "Al filo de las palabras"


                                                 "Ángel de mi insomnio
                                                  no me dejes dormir.
                                                  Podría soñar con ella" 





EL CONFINADO

En tus ojos me llevas a todas partes
pero yo no me hallo en ningún lado.
Dónde estaré
-me pregunto-
Ahora que nadie me reconoce, ni me escucha.
Ni siquiera me señalan los espejos.
Soy un desaparecido.
Sólo existo en ti, ojos adentro
como un sueño.-


ALQUIMISTA

La ardua tarea de destilar,
de fundir una y otra vez
y no se cuántas veces más
las palabras en una hoja de papel,
aún perduran en mí.
Como si lo hiciera por primera vez
con el método más risible
pretendo alcanzar lo más valioso.
Sé que estoy metido en terrenos ajenos
y que esta profesión no es muy clara.
Pero aunque parezca imposible a ojos
de la demás gente; yo te convertiré
de un momento a otro en verdad.
Confío que no estoy muy lejos
de tu cuerpo, de tus besos.-


RESPUESTA

Lo único que sé del amor,
es que alguien se tiende en la noche
a repasar una a una las estrellas
hasta aprender de memoria
que no está solo.-


SEÑOR RIMBAUD

Le doy la razón.
Preferible cazar elefantes
a cazar palabras,
ir en busca de palabras,
es como ir en busca de fantasmas.
Dispararles, es dispararle a sombras
y sucede muchas veces,
que la nuestra se atraviesa
y quien recibe todos los impactos
es nuestro propio cuerpo.
África no está lejos
pastan más lejos los sueños
y de esa larga correría,
nada se trae útil, ni un trofeo.
Es más valioso el marfil.
No me volveré a armar
contra los espejos oscuros de la poesía,
no me volveré a enfrentar contra mí mismo.
Preferible, hundirse sobrio.
Con armas y pieles
es un mal negocio.-


AGENCIA DE OLVIDOS

Lo que la muerte ha olvidado
a su paso, yo lo escribo
y lo anuncio en voz alta
para que vuelva y no deje nada.
He abierto y he llenado varios libros
con sus olvidos.
Las cuentas son muy claras.
Cada día apunto lo que he dejado atrás
por andar a las carreras.
Así conmigo, cuando me veo en el espejo,
de inmediato me incluyo.
Soy a quien más olvida.-


TRAMPAS

La poesía tal vez la deba
a mis años de infancia.
Yo de pequeño, en vez de cazar pájaros,
construía jaulas para atrapar nubes.
Las observaba en el cielo
y me parecían aves más exóticas;
porque podían de un momento a otro
transformarse en más animales
o tomar diferentes formas.
Ahora que sé que no hay musas o hadas
construyo palabras, para atrapar del aire
lo que me dice el silencio.-


DESGANO

Mis asunto de hombre,
esas pequeñas necesidades
ya no me interesan.
Jamás sabré si subiré al cielo
o bajaré como una rata de alcantarilla
al mismísimo infierno.
Me quedan estas palabras
y las estoy gastando.
Quien me ha de juzgar
que las tenga bien presentes.
La vida me ha corrompido.-



                                                        Héctor Carlos Trejos Reyes






Imágenes: Pinturas de la artista rusa contemporánea Anna Razumovskaya.



quiquedelucio@gmail.com

Confidencias

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores.Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                                 Marilina Rébora

Poeta argentina nacida en Buenos Aires el 7 de enero de 1919 y fallecida el 19 de septiembre de 1999.
                                          Homenaje a quince años de su muerte.

                                 
                                       "Un amor que es amor no termina en la muerte,
                                        pues no tiene principio ni término ni meta;
                                        sometido al don mágico que todo lo convierte,
                                        y todo lo transforma, y todo lo interpreta"      







CONFIDENCIAS DE AMOR

I

La mecedora de la abuela
acunó mis horas de infancia
horas de arrorró y "La pájara pinta",
después a su compás el corazón joven leyó
los poetas.
Y al andar del tiempo, con llanto y canciones,
me sorprendió en sus brazos, del amor, la dolencia.

II

Estás lejos, amor, te cubre el follaje;
la maleza de la distancia impide que te vea
y no puedo oirte -sólo ruidos de pájaros
al despertar la aurora escucho-,
pero, más allá, tu voz amorosa suena
y me penetra para que sueñe contigo.

III

Esta es mi reja, amor, y éstas son mis cadenas,
hechas con las horas, los dás y los años-
Mi existencia cruel por la que te he querido,
ungida al deber, en el tiempo sin límites.
Esta es mi reja, obligación de ser lo que soy soy,
aunque haya hojas más verdes temblando de rocío.
Aquí te espero siempre hasta un día
que nunca llegará,
ese día de silencio que une a todos los que se aman;
y repito tu nombre aunque nadie me oiga,
imaginándome que me besas los párpados.

IV

Estoy sola en mi cuarto y bendigo el crepúsculo
cuyas sombras atenúan las cosas.
Apenas, lejos, una luz se enciende
y cubro con mis dedos los ojos fatigados.
¿Dónde estarás ahora, amor?
¡Cuánto, tú solo, me sostendrías consolándome!
(cruel me sacude el timbre del teléfono)

V

¡Corazón! No sabes cómo ha cambiado todo
desde aquellos días de los antiguos tiempos.
El cuarto perdió su tinte
al rayar de la aurora, aquel de cuando iba a verte.
Y ahora, al leer, mi mente se extravía
¡A quién contarle nada?
En vano aspiro la fragancia del aire:
Mi piel no huele a alhucema,
ese aroma que al irte me quedaba en las manos.

VI

Me he habituado a no verte pero no me resigno;
evoco tu figura, una sombra,
y al cerrar los ojos te oigo llamándome,
y me aprietas las manos que  te tiendo
y las pones sobre las sienes para que sienta
así tus latidos:
Mientras, me sumerjo en tu mirada
y mi alma se queda en ti.

VII

Para estar tranquila he de sentir vivir;
a pesar de todo, quiero saber que vives,
ajeno a mis dolores y a mi desconsuelo.
Y aunque lejos, distante, respirando otro clima,
mi espíritu adivinará trémulo
el hálito de tu alma en el espacio.
Y pensaré. ¡Él existe!

VIII

Cada día despierto: "¡Hoy vendrá!", dice el alma,
mas la noche me encuentra
en soledad perenne.

IX

Ya sé que no me quieres, mas no me apesadumbra
el amor no es perdido, lo absorben otras almas.
Aunque a distancia, corazones amantes
recibirán la herencia, tal vez de mi cariño.
Tú mismo, sin saberlo, el día que declares
los hechos que marcaron jalones en tu vida,
en un postrer esfuerzo para que Dios te escuche,
dirás por vez primera: "¡Señor, ella me quiso!".

X

Aunque no me quisiste, te ofrezco mi ternura.
Todo suena distinto al correr de los años;
tal vez un día escuches en cálida nostalgia
el eco de una voz que te cantará siempre.
Allá en los altos árboles anunciaba la alondra,
la calidez del sol estirada en los campos,
el frescor de los frutos en cestas rebosantes,
los centelleantes trigos, espigas de oro.
No me quisiste, amor, no importa
cómo vibraba entera el alma enamorada,
ni que -alumbrando el camino del posible retorno-
Esperan cien lámparas en la cerrada noche.
Pero no me quisiste en horas de sazón;
hoy queda mi ternura declinando en el tiempo.-



                                                             Marilina Rébora





Imágenes: Pinturas de William Adolphe Bougureau   (Francia, 1825 - 1905)


quiquedelucio@gmail.com

Elogio de la brevedad

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.


                                                          Ignacio Sánchez Prado

Poeta y crítico mexicano nacido en Ciudad de México en 1979. Autor del libro de poemas. "Poesía para nada" (2007) y de los libros académicos: "El canon  sus formas: La reinvención de Harold Bloom y sus lecturas hispanoamericanas" (2002) y "Naciones Intelectuales". Es profesor investigador  en Washington University in Saint Louis en Estados Unidos. Ha editado siete volúmenes de crítica y publicado más de cincuenta artículos en México, EE, UU, y Europa.


                                                   "Quisiera ser decimonónico
                                                    para escribir el amor,
                                                    las ciudades y la patria"





ELOGIO DE LA BREVEDAD


Eres breve
y no obstante llena de rasgos épicos.

El dragón que llevas tatuado en la espalda
me observa amenazante
desde un fuego sombrío
que sólo percibo
al sentir su lengua entre mis labios.

Amo tu brevedad.
Especialmente
poder abarcarte completa con mis brazos
y sentir cerca de mi pecho
toda  tu persona
cuando desbordas
la pequeñez de mi abrazo.

("Esta soy toda yo"
me dijiste,
viendo hacia arriba,
cuando te quitaste los zapatos.)

Tu brevedad
emana un lenguaje inabarcable,
con el cual destruyes mis pequeñas oraciones
y mis mínimas ideas.


Tu brevedad es una pasión
de ojos iluminados,
de ideas caóticas,
de sueños inadvertidos.

Deseo negar el poema sobre tu brevedad
y dedicarme a recorrer
milimétricamente,
desde la nimiedad que me otorga
el medio metro que supera tu estatura,
el cuerpo breve, incapaz de disimular
el enorme terremoto que cimbra
los cimientos que sostienen mi brevedad.

En la lucidez del insomnio aprendí que amar no es
cometer un error, es estar en lo correcto
en un mundo equivocado.-


LOST IN TRASLATION

Te conocí en el vacío,
en medio de signos que no comprendía.
Mi único lenguaje era el whisky
que quemaba mi garganta.

Decidiste enseñarme tu idioma
recorriendo calles decoradas
por ideogramas vacíos de memoria.

Hablarte era habitar pequeñas patrias
en una extranjería infinita,
reducir toda una lengua sin sentido
a la comunicación absoluta de tu sonrisa.

Y así, perdidos en la traducción de la experiencia,
nos amamos por fuera de las palabras
y te perdí cuando susurré algunas palabras
y tu mirada dio sentido  a los signos de la ciudad ajena.-


ALEJANDRA PIZARNIK BESA LA LOCURA

¿Es posible que hayas reinado,
Alejandra,
en un reino de soledades remotas
y que al descender del trono a los infiernos
hayas decidido escribir
estrofas interrumpidas?.-


SILENCIO IV

Quise escribir la historia de la literatura en tu cuerpo,
alojar un soneto de Shakespeare
en la esquina inferior de tu vientre
Construir un canon arbitrario
en las comisuras de tus labios,
recuperar la tradición de los juglares en tu cuello.

Quise dormir en tu regazo,
esperando que voces humanas me despertaran
y pudiera percibir la crueldad de los abriles
en la cercanía de tu sexo.

Quise hacerte el amor a través de citas
sentir en tu pecho la metafísica
de no pensar en nada
Y escuchar en tu lengua
las palabras de la griega.

Quise besarte
como si fueras una virgen maldita de Swinburne
hasta que escuché el silencio
como clima de tus labios
y tu recorrido de mi cuerpo borró escrituras, versos,
la literatura toda
Y comenzó a escribir, por primera vez,
un libro donde la piel
desvanecía las palabras.-




                                                            Ignacio Sánchez Prado




Imágenes: Pinturas de William Henry Margetsom  (Inglaterra, 1861 - 1940)



quiquedelucio@gmail.com


Fragmentos de primavera

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Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía universal de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                     "La primavera de la aldea
                                                      bajó esta tarde a la ciudad,
                                                      con su cara de niña fea
                                                      y su vestido de percal.
                                                      Traía nidos en las manos
                                                      y le temblaba el corazón
                                                      como en los últimos manzanos
                                                      al trino del primer gorrión"


                                                                                  Jaime Torres Bodet    






LA PRIMAVERA BESABA

La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.

Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.

Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.

Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida
quién te volviera a soñar.-


                                     Antonio Machado  (España)



DOÑA PRIMAVERA

Doña primavera
viste que es primor,
viste en limonero
y en naranjo en flor.

Lleva por sandalias
unas anchas hojas,
y por caravanas
unas fucsias rojas.

Salid a encontrarla
por esos caminos.
¡Va loca de soles
y loca de trinos !

Doña primavera
de aliento fecundo,
se ríe de todas
las penas del mundo...

No cree al que le hable
de las vidas ruines.
¿Cómo van a toparlas
entre los jazmines?

¿Cómo va a encontrarlas
junto de las fuentes
de espejos dorados
y cantos ardientes?

De la tierra enferma
en las pardas grietas,
enciende rosales
de rojas piruetas.

Pone sus encajes,
prende sus verduras,
en la piedra triste
de las sepulturas...

Doña primavera
de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:

Rosas de alegría,
rosas de perdón,
rosas de cariño,
y de exultación.


                                      Gabriela Mistral  (Chile)



PRIMAVERA A LA VISTA

Pulida claridad de piedra diáfana
lisa frente de estatua sin memoria:
cielo de invierno, espacio reflejado
en otro más profundo y más vacío.

El mar respira apenas, brilla apenas.
Se ha parado la luz entre los árboles,
ejército dormido. Los despierta
el viento con banderas de follajes.

Nace del mar, asalta la colina,
oleaje sin cuerpo que revienta
contra los eucaliptus amarillos
y se derrama en ecos por el llano.

El día abre los ojos y penetra
en una primavera anticipada.
Todo lo que mis manos tocan, vuela.
Está lleno de pájaros el mundo.-


                                    Octavio Paz  (México)





COMO LA PRIMAVERA

Como un ala negra tendí mis cabellos
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste,
diciéndome luego:
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgo?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?
¿Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque acaso en ella exprimiste un zumo
retinto y espeso de moras silvestres?
¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas? Y riendo te dije:
-¡Ninguno, ninguno!
Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este olor que sientes es de carne firme,
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!-



                                      Juana de Ibarbourou  (Uruguay)  






Imágenes: Pinturas del francés Claude Monet  (París, 1840 - 1926)




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